En pocas áreas de la medicina el ultrasonido posee un rol tan fundamental como en la gineco-obstetricia. Es el complemento del examen ginecológico de urgencia, su confirmación diagnóstico y también es la tranquilidad del estudio de screening en la post-menopausica. En obstetricia, sin ninguna duda, el examen ultrasonográfico es fundamental, y afortunadamente, no termina de evolucionar y aportar en nuevos aspectos del diagnóstico o del control y vigilancia antenatal. La mortalidad fetal es sin ninguna duda, después de la muerte materna el evento obstétrico más devastador. En nuestro país afortunadamente, o mejor dicho planificadamente, la mortalidad materna e infantil han disminuido a la mitad en la última década del siglo, desde 40 a 18 por cien mil recién nacidos vivos y de 16 a 8 por mil respectivamente. Los indicadores perinatales han mejorado en aproximadamente en un 30% en el mismo tiempo hasta 8 por mil para el año 2000. Las causas de los decesos fetales son en más de la mitad de los casos asociados a restricción del crecimiento intrauterino o anomalías congénitas, dos condiciones patológicas para las cuales el ultrasonido es fundamental y eventualmente irreemplazable en el diagnóstico, manejo y pronóstico. Hemos realizado ciertos consensos alrededor del ultrasonido de rutina y de aquel indicado para distintas edades gestacionales. Fundamentalmente orientados hacia la importancia del ultrasonido de segundo trimestre en la pesquisa de estas patologías con impacto directo en la mortalidad fetal, así como también sugerencias sobre orientaciones del ultrasonido en el primer y tercer trimestre cuando exista la capacidad de realizarlo. La Sociedad Chilena de Ultrasonografía en Medicina y Biología (SOCHUMB) ha realizado constantemente jornadas regionales orientadas a la discusión y mejoría del ultrasonido general de rutina, alternado con congresos de la especialidad en los cuales la discusión se centra en el ultrasonido de mayor complejidad. Es esperable y confiamos que estas sugerencias se puedan practicar para las 250.000 madres que anualmente tienen sus hijos en nuestro país. Necesitamos seguir realizando responsablemente el ultrasonido de rutina general así como el de alta complejidad. El primero, de tremendo impacto en la mantención de esta situación perinatal nacional y el segundo, ubicado en la frontera del desafío por mejorar la chance de vida del feto en extremo riesgo de morir in utero. Dr. Rogelio González
P.
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