Editorial

En la antigua Grecia, Hipócrates apreciaba el valor de la relación médico paciente y la dedicación que el médico debe prodigar para conocer más a fondo el alma del enfermo. Este famoso padre de la medicina, solía reconocer los méritos de los médicos troyanos, pueblo tradicionalmente enemigo. Frecuentemente se le escuchaba decir que "los Bárbaros tracios, en algunos aspectos eran mejores que los pares griegos, porque no sólo se dedicaban a curar enfermedades del cuerpo sino también el espíritu de los pacientes".
En la medicina moderna, con el avance de la tecnología y la especialización se tiende a la impersonalización del paciente y a la deshumanización del médico. Con profunda desazón se observa que en el sistema masivo de salud, llámese sistema público o Isapres, el paciente frecuentemente es un número y se trata de cumplir metas estadísticas de atenciones en salud, por lo que la consulta debe ser lo más rápida posible.
Este mal también se ha introducido en los exámenes ultrasonográficos, donde el especialista se ve en la necesidad de repartir un tiempo muy escaso, ante un número siempre creciente de pacientes que requieren este tipo de análisis.

  ¿Qué hacer frente a esta si tuación?

Parece necesario que el ultrasonografista propenda a que el paciente no sea un ente impersonal. Aportar todos los elementos de espiritualidad para que éste sea persona. Se hace urgente redoblar los esfuerzos en la condescendencia, en la amabilidad, en el trato, en el agrado ambiental; darle al recinto donde se realiza el examen una calidez, para que el paciente disminuya la tensión nerviosa. La ecografía es un examen delicado, que debe ser realizado por personas idóneas, acreditadas, con experiencia; pocos exámenes en medicina generan mayor temor y ansiedad; probablemente es el fruto de que en este método, a menudo, se tiene el resultado diagnóstico de inmediato, el cual puede abrir las puertas de la esperanza, para seguir viviendo o en el caso de la embarazada, a la prosecución de la vida del futuro ser.
Parece innegable que el médico especialista debe destinar concentradamente todo el tiempo al examen ultrasonográfico, evitando las interrupciones y los comentarios acerca de patologías de otros pacientes mientras se realiza el procedimiento. En fin, esto significa dar un trato más digno para quien privilegia al médico para ser examinado.
En este mundo del ultrasonido, que progresa aceleradamente en tecnología y sorprende día a día con sus descubrimientos, vale la pena recordar al Padre de la Medicina, que señaló que por sobre la materia está el espíritu, que la primera misión del médico es aliviar el dolor. El mantener vigente estos conceptos, enriquecerá la labor médica

Dr.  Gabriel Leal Casanova

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vol. 4 - No 2

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