El desarrollo cuantitativo y cualitativo de la medicina actual, considerando los niveles tecnológicos de países como el nuestro, obliga al personal médico y de colaboración a practicar una acción preventiva y curativa de alto nivel pero en forma masiva, con multiplicidad de acciones y de número de atenciones, cada días en aumento. De esta manera, para alcanzar determinados ingresos, los médicos deben aumentar su horario de trabajo y prestar funciones en diferentes lugares, para aumentar su rendimiento en número de atenciones pero no así en calidad. De esta forma nos acercamos peligrosamente a una disminución de esta última, que, además podría estar maliciosamente estimulada por la urgencia, factor de rendimiento en número de pacientes por horas de trabajo. El criterio económico exige precio (arancel bajo) por cantidad (p x q). Esto se ve reflejado en las atenciones que muchos centros médicos, presionados por los Institutos de Salud Previsional, hacen, sin controlar la eficacia, bajar la calidad de la atención y la acuciosidad de las exploraciones ultrasonográficas. Esta presión asistencial redunda en que cada día más médicos ultrasonografistas tienen menos tiempo para su educación continua, para la producción escrita de su labor científica o la asistencia a cursos, seminarios y congresos. De ahí que los incentivos para promover más y mejores producciones y manuscritos, diseños de trabajos y publicaciones sea cada vez más escaso. Creemos, desde esta tribuna, que la promoción y los incentivos deben empezar a ser cada vez más frecuente en cuanto a los aranceles de los exámenes ultrasonográficos y a la calidad de estos. Esa es nuestra propuesta. Dr. Nelson Rodríguez T.
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