Screening
for Down syndrome using first-trimester ultrasound and second-trimester
maternal serum markers in a low-risk population: a prospective longitudinal
study
Audibert
F, Dommergues M, Benattar C, Taieb J, Thalabard JC, Frydman R. Ultrasound
Obstet Gynecol 2001; 18:26-31.
Departaments
of Obstetrics and Gynecology and *Biochemistry, Hospital Antoine Beclere,
Université París XI and Biostatistiquet-informatique Médicale
et Médicine de la Reproduction, Hopital Necker, Université
París V, París, France.
Key
words: Combined risk, Down syndrome, Nuchal translucency, Serum screening.
Durante
los últimos años, junto al desarrollo de la ultrasonografía
tanto en cuanto a la resolución del modo B, bidimensional como
de la citogenética, los esfuerzos por establecer un método
de screening para la detención de trisomía 21 han
sido eficaces y de alta sensibilidad.
En el presente
trabajo, un seguimiento de 4.130 mujeres embarazadas de bajo o escaso
riesgo con gestaciones únicas y con menos de 38 años de
edad con ultrasonido de tercer nivel, hacen valer marcadores como la translucencia
nucal (TN) y determinaciones en suero materno de alfafetoproteínas
y gonadotrofina coriónica humana (HCG).
El diseño
del estudio prospectivo, desarrollado en más de 3 años y
medio, planificó primero, una medición de TN entre las 10
y 14 semanas, una determinación de HCG y de alfafetoproteínas
entre las 14 y 18 semanas. En segundo término, se practicó
un examen de ultrasonido detallado en el segundo trimestre (20 - 24 semanas).
Un cariotipo
fue hecho en casos de TN > a 3 mm o alteraciones en los marcadores
de suero materno (AFP y HCG).
De los exámenes
de un total de 5.245 mujeres examinadas por ultrasonido en el primer trimestre
(12 semanas) sólo fueron analizadas 4.130, excluyéndose
la diferencia por las siguientes razones: embarazo múltiple, TN
no medida o no consignada, o edad materna por encima de 38 años
o pérdida de seguimiento. Sólo se hicieron 315 cariotipos
en las 4.130 paciente (7,6%).
El universo
de pacientes reveló que 65 de ellas tenían una TN igual
o sobre 3 mm y de estas 10 tenían trisomía 21. Por otra
parte en 39 casos el embarazo fue interrumpido por distintas materias
(el trabajo esta hecho en Francia, donde existe aborto legal) de lo que
resultó 22 aneuploidias, 2 con estructuras cromosómicas
anormales y 15 con malformaciones múltiples con cariogramas normales.
Este trabajo
es muy útil porque publica una tabla de grosor de TN de acuerdo
al parámetro por todos usados de LCN y los correspondientes percentiles
desde los 33 mm hasta los 84 mm de LCN como lo han hecho otros investigadores.
En las 4.130
mujeres, los autores identificaron 32 anormalidades cromosómicas
que incluyen 23 aneuploideas (12 trisomías, 21, 6 trisomías
18, una trisomía 13, una trisomía 9, dos casos de 45 x 0
y un caso de 69 x 44) más nueve anormalidades estructurales.
La incidencia
de síndrome de Down en el grupo total fue de 12/4130 (0.29%).
Los autores
crean un término denominado "riesgo combinado" en la
cual hacen jugar factores de suero materno con las evidencias de los exámenes
ultrasonográficos. Y esto les da una pauta para preconizar un método
de screening, combinando la determinación de TN en un punto
de corte a los 3 mm y las alteraciones del suero materno (HCG y alfafetoproteínas)
con una tasa de detección altísima para trisomía
21 de 11 en 12 casos.
En otro párrafo
de la discusión, los autores hacen mención al eventual uso,
como examen rutinario en el primer trimestre, la asociación con
la determinación de la "Proteína plasmática-
A, asociada al embarazo" (PPAP-A) con una tasa de detección
de 80% con sólo 5% de falsos positivos.
Los autores
opinan que un método de screening para síndrome de
Down se justifica aunque no se induzca la terminación del embarazo
si este 9 positivo ya que aproximadamente el 30% de los fetos afectados
por trisomía 21 muere espontáneamente entre las 12 semanas
y el término de los cuales un tercio lo hacen entre las 12 y 16
semanas.
Nuestra opinión
es que trabajos en que combinen varios parámetros entre los cuales
se practiquen exámenes ultrasonográficos para verificar
marcadores fetales para trisomía 21, tales como TN, mejorar ostensiblemente
la tasa de detección de esta genetopatía, pero lo más
importante será bajar los índices de falsos positivos.
Fetal
intracardiac echogenic Foci. Visualization depends on the orientation
of the 4 chamber view.
Ranzini
A, Mc.Lean D, Sharma S, RDRS, Vivitzicros A. J Ultrasound Med 2001; 20:
763-766.
En la
presente publicación, nuevamente se reitera como signo ultrasonográfico
de aumento de riesgo de aneuploidea, el foco ecogénico intracardiaco.
Sin embargo lo más importante que los autores dejan deslizar es
que su visualización depende del plano de estudio y del corte que
se haga de las cuatro cámaras cardíacas y su orientación
en los cortes ecotomográficos.
El centro donde
se realiza el estudio, tiene una unidad de "Ultrasonografía
genética". Esto es que se estudian por ultrasonido a pacientes
con alto riesgo de presentar marcadores ultrasonográficos de Trisomía
21, incluyendo:
Malformaciones
estructurales
Huesos
cortos (extremidades).
Intestino
ecogénico
Hipoplasia
de la segunda falange del 5° dedo
Clinodactilia
Signos
de sandalia (separación del 1° y 2° ortejo)
Quistes
de Plexo caroídeo y
Pielectasia.
Los
exámenes fueron practicados por personal médico entrenado
e ultrasonido con tiempos de hasta 45 minutos y con calidad de "expertise"
El foco ecogénico
cardíaco se definió como un eco brillante pero discreto,
visualizado en uno o ambos ventrículos. En el ventrículo
derecho, tomado en cuenta si el área ecogénica fue diferenciada
de la banda moderadora.
La indicación
del examen practicado en 89 pacientes fetos con riesgo de Down por su
anatomía fueron marcadores serológicos maternos o edad materna,
crecimiento fetal alterado o edad gestacional dudosa, amniocentesis y
ecocardiografía fetal.
La discusión
del trabajo revela que es evidente que los investigadores observan este
signo ecográfico con una frecuencia muy variable que va de 0,5
% a 20 % lo que sugiere que depende de la edad gestacional de observación.
Se analiza también que este signo que corresponde a la presencia
de depósito de calcio, depositados en los músculos papilares
del corazón. La visión con el ultrasonido tiene varias explicaciones
físicas de acuerdo a la posición del transductor y el plano
de observación y a veces hay limitaciones con relación a
la anteposición de las costillas fetales. Concluye que la significación
de un foco ecogénico visto aisladamente queda poco clara.
La mayoría
de los autores revisados en esta publicación, están de acuerdo
que en poblaciones de alto riesgo, la prevalencia a trisomía 21,
puede llegar hasta un 6% y pueden estar asociado a aneuploidea, en la
población general hasta un 27 %.
Los autores preconizan
que de todos modos, los fetos de alto riego deben ser sistemáticamente
evaluados para observar este signo ultrasonográfico y concluyen
que no es fácil ver en la visión lateral de las cuatro cavidades
cardiacas y que el estudio sugiere un aumento del riesgo de aneuploidea
cuando este signo ecográfico es visto según se especifique
qué orientación se le dió a la visión de cuatro
cámaras cardiacas.
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