Historia
de la ultrasonografía en Chile
Dr. Nelson Rodríguez T.
Editor en jefe de la Revista Chilena de Ultrasonografía.
Iniciamos aquí una sección original en su estilo y relacionada
con trabajos presentados o publicados en la primera etapa de nuestro desarrollo
como especialidad. Debemos tomar en cuenta que estos tienen un valor histórico
y conllevan una importancia que para esos tiempos era vital.
El carácter valórico que tienen estas publicaciones se reseña
en su contenido en el cual con equipos muy simples para nuestra época
actual intentaban descubrir el mundo del feto en su hábitat líquido,
palparlo, medirlo y estudiarlo con el uso del formato modo A. En esos
años, nuestros bebés empezaban, a ser explorados con inocuidad
y desde ese entonces comenzaba abrirse una puerta para desarrollar una
disciplina fantas-magórica y casi espacial. Los progresos
en los equipos, así como las imágenes y las mediciones de
flujos vasculares, las imágenes múltiplanares y la configuración
3D, nos llevarán ahora a sonreír cuando leamos estos artículos.
Pero esa sonrisa debe ser de satisfacción por los logros que todos
hemos obtenido y nuestro quehacer actual. La automatización y las
comodidades para efectuar los exámenes son el producto en parte
de las necesidades que se crearon en aquellos años.
Pensamos que al publicar estos trabajos sera una apología tan seria
como espectacular y al mismo tiempo un estímulo para las nuevas
generaciones, adictas al ultrasonido, a proseguir con el avance y el empleo
de nuevas técnicas de exploración.
A continuación reproducimos en extenso el siguiente trabajo del
Dr. Rodrigo Fernández presentado en 1970 en la Cuarta Reunión
de la Asociación Latinoamericana en Investigación en Reproducción
Humana (ALIRH) en Ixtapan de la Sal (México).
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Dr. Rodrigo Fernández S.
Ex Jefe del Servicio de Obstetricia y Ginecología. Hospital
Guillermo Grant Benavente. Concepción, Chile.
Son numerosas
las ocasiones en que el obstetra se ve enfrentado al problema de tener
que valorar in utero, el grado de madurez y peso de un feto, en forma
aproximada. Los medios clínicos de que se dispone, como la mensuración
por palpación, fallan por razones obvias, aún en manos de
los más experimentados.
Las evaluaciones que se han hecho de la madurez fetal por los rayos X,
tienen el inconveniente de la variación en la aparición
de los puntos de osificación, a lo cual podemos agregar el inconveniente
nada despreciable de la irradiación a que se expone el feto.
La aplicación del ultrasonido a la obstetricia y ginecología,
por Ian Donald y cols(2) y Willocks(7) que posteriormente usando la técnica
unidimensional, demostró que era posible medir el diámetro
biparietal del feto, abrieron la ruta para que numerosos investigadores(3,6),
usando estos mismos procedimientos, hayan tratado de emplearlos.
Los autores (1,8) que se han ocupado de este tipo de experiencia han sido
categóricos también en declarar que el método está
exento de peligro para los tejidos maternos y fetales, y además,
es un procedimiento fácil y rápido de realizar.
Nuestras investigaciones han estado encaminadas a comprobar las bondades
del método y las posibilidades de su real aplicación en
clínica obstétrica.
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